La noche de los cristales rotos

Joseph Goebbels estaría orgulloso de tal hazaña, sin haber organizado ninguna artimaña desde su escritorio, tal nivel de destrucción calle a calle, palmo a palmo, el mejor peine del desastre.

Dicen que es porque guardaron mucho por mucho tiempo en su corazón, solo veo gente humilde destruyendo a gente humilde, solo veo a quien perdió años de sacrificio llorando en una acera y también veo a quien viene de afuera haciendo llamadas para levantar en un plumazo lo afectado.

Veo que hablan de que lo destruyen por derechos y que así es mejor que ocurra, mientras veo a otros que no podrán emprender nunca más, veo libros quemados donde reclaman educación, veo plazas destruidas donde inamovible Andrés Bello no podrá hacer nada, veo árboles consumidos en gases haciendo apología al medio ambiente, veo animales muertos pero como nadie se ocupó ahora es mejor culpar al otros, veo fuego y más fuego, veo gente matando gente y mientras se atacan dicen que es por una causa, tan solo pienso que a veces solo queremos ver a este mundo arder.

Y ya cuando todo está destruido y no nos queda con que ensañarnos, decimos que venimos en paz, después de que la ira se despide amablemente, queremos que todo se acomode, queremos que llueva poco, pero que no haya sequía, queremos amor pero queremos abortar, queremos a los animales pero los envenenamos, queremos ganar dinero pero no sabemos en qué gastarlo, queremos al vecino pero no sabíamos ni su nombre, queremos un país ejemplar pero que se levante con nuestras miserias, queremos la paz, pero no respetamos lo ajeno.

Quien los entiende.

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